(Amor y terror)
Yo era la
fuente de diversión de Vicente (polo) y Katherine cuando nos hallábamos en la
casa sin nada que hacer. Yo sabía cuando se les había ocurrido algo porque
solían voltear a verme con una cara y una sonrisa cual comiquita de tele. Debo
confesar que sufría del síndrome de Estocolmo. Unos de sus juegos favoritos era
“CALOR”, lo que consistía en atraparme, llevarme a la cama -en el mejor de los
casos- y envolverme entre sábanas y cubrecamas, tantos como pudieran. Ya una
vez sometido y envuelto, ambos se posaban sobre mí para mayor inmovilidad y
poder hablarme al oído mientras hacían su trabajo de psicoterrorismo.
¡Eran muy buenos! Mi liberación era hecha luego de un rato de lágrimas y súplicas
por dicha liberación. Los carajitos eran los propios SÁDICOS, en mis
reflexiones supongo que lo hacían por venganza por ser el MENOR y todo lo que
conlleve serlo, los hermanos menores saben de lo que hablo. ¡Jajaja! Pero al
final de cuentas éramos y somos los hermanos más súper unidos y cariñosos que
puedan conocer.
Carlos
Alberto Maracara Arévalo
Para quienes no sepan: Hijo de Ismar Maracara -por
tanto nieto de Marcos, el viejo e Isabel Martínez- y de Nilde Arévalo.